sábado, agosto 28, 2010



Y ¿de qué sirvió tanta espera? De nada... no sirvió de nada el tenerte atrapado a tí mi dulce corazón sólo por el capricho de una necia... prometí varias veces no hacertelo de nuevo y lo hice, perdona a tu ilusa y terca dueña, quien creyó que al entregarte a tí todo sería más simple, más no lo fue; más de una vez me pediste que parara, que me diera por vencida, porque de nuestra guerra no saldriamos con una victoria... la mente lo venía venir y mi alma lo sabía muy bien, sin embargo de nuevo yo... tan necia como siempre, dí las órdenes : corazón ¡ama!, mente ¡no pienses!, alma mía... ¡sueña, siente!

De èsta manera queda claro que yo... débil soy, caí de nuevo en el mismo error, ¡dude!; no me basto llorar una vez... y como bien sabes corazón, me pierdo en sueños e ilusiones, de eso vivo... he vivido de éso tantos años que no me es posible ver con claridad mi realidad, siempre la veo un poco distorsionada, reflejada en un espejo...mezclo mi realidad con mis sueños, maravillosos sueños que sólo se consiguen cuando alma, corazón y mente se coordinan como yo las hago danzar al paso del más hermoso vals.

Pero hoy... una de esas tantas ilusiones me ha mostrado con claridad todo, y me doy cuenta de verdad, que sufrí y lloré por nada... que invite a mi mundo a quien no debí invitar y que sobre todo lloré por quien no debí llorar; porque si mi querido corazón, yo viviré en la luna, pero ¡què feliz era! jamás debimos bajar y hoy te digo que vamos a regresar...¡no voy a dudar! Seamos egoístas una vez más, perdámonos de nuevo en aquel lugar... hoy doy nuevas órdenes: corazón ¡olvida, renace y sobretodo ámame!, mente ¡piensa sí... piensa en mí solamente, nadie más existe, diseñame el mundo en el que soy feliz! y mi querida alma ¡canta, canta sólo para mi!